martes, 26 de junio de 2007

Choque de caminos

Fotografía: Miguel Angel Ríos. Exposición: Aquí. Matadero de Madrid. PHE07.

Hace más de una semana me dirigía a un pueblecito en la provincia de Zaragoza cuyo nombre es Tosos. Iba a un seminario de Yoga y Movimiento Expresivo. De todo el curso me quede con una frase que aún resuena en mi cabeza: “Todo viaje tiene un destino y un regreso por pequeño o corto que sea el trayecto. Un objetivo”. Mi experiencia me ha hecho creer que cada viaje te cambia. Y no es una lección con sabor a moralina o el tedio estereotipado del crecimiento personal, sino que es una manera de ver, de conocer y de admirar el momento, la gente y el lugar. Tosos está a unos 350 km. de Madrid pero sentí que viajaba a mi infancia, a mis miedos, ilusiones, conocí mi parte más niña, lúdica, rabiosa, bailonga, divertida, triste, sensual, romántica, dura, frágil... Como una peonza que gira revolucionándose chocándose con otras pero que también se para y se cae cuando pierde el equilibrio. De alguna manera fue la gente con la que compartí la experiencia la que hizo que me dejase llevar por mi odisea particular.

Música para hoy: "Move on up" El tema de Curtis Mayfield que siempre me ha hecho vibrar.

jueves, 14 de junio de 2007

Diseño: Marta Serrano.

Matarile rile rile... Hace unos días salí de casa y quedé con una buena amiga en el Café de la Paca. No se que tiene ese sitio sin aire acondicionado, con un sólo ventilador (de esos que giran en todas las direcciones posibles menos en la que te colocas) pero con un rollo retro, happy y cuentero que me hace sentir bien. Hasta aquí todo normal... Fue cuando llegué al portal de casa después de la Paca_sauna cuando advertí que las llaves de casa no estaban en el bolso. Miré y remiré entre el monedero, espejo, papeles con teléfonos, pintalabios, perfilador, tampax, recibos de taxis, monedas, ipod, gafas de sol... Volví a remirar (esperanzada de que mis ojos estuviesen peor que mi memoria). Después de 20 minutos autoregistrándome fui consciente de la realidad. Llamé a mi casera que vive al lado y tiene otra copia de mis llaves. Tuve suerte y contesta pero me dice que está de viaje de novios en Tailandia. Mi móvil que se queda sin batería. Me autocacheo por quinta vez. Voy a casa de mi prima que vive al otro extremo de la ciudad. Llamamos a un cerrajero. Mi prima se ofrece a llevarme en su coche y volvemos hacia mi casa en Malasaña, con tan buena fortuna que nos para la policía ya que habíamos recorrido unos 500 metros en dirección prohibida. Además de que su coche llevaba 2 años sin pasar la itv. Total que acabamos yo pagando 140 euros para que un tipo con un plástico en milésimas de segundo me abriera la puerta de mi casa y ella 150 en multas. Días como éste hacen que una piense seriamente en dejar la meditación y alcoholizarse...

miércoles, 6 de junio de 2007

Un mundo de signos

Con una clara inspiración en el diseño gráfico de la Vanguardia Rusa el trabajo deTauba Auerbach explora e investiga las deficiencias y posibilidades del lenguaje. Su trabajo muestra un sistema de símbolos creados desde el interior de la compleja mente de una persona, que se transforman en algo externo que se puede transmitir. Auerbach crea lenguaje en el espacio para poder comunicarse como individuo. Los símbolos y letras que utiliza se cruzan intelectual y emocionalmente. Su análisis incluye un examen exhaustivo de palabras, y hace una profunda reflexión formal con signos, formas y colores elementales:

“Me siento como si intimara con cada letra o símbolo, con sus defectos y tendencias. Me siento cerca de ellos.”
Tauba Auerbach

viernes, 1 de junio de 2007

La paciencia es la madre de la ciencia

Diseño: Marta Serrano

Hay algo de lo que carezco y es la paciencia. Ya se que no es muy yóguico pero es una contradicción en mi, me gusta dirigirme de un extremo al otro… sacudirme y sentir que mi corazón palpita rápido. Me regocijo precipitando las cosas sin entender que todo tiene su etapa y es imposible vivir todo al mismo tiempo. Busco respuestas antes de conocer las preguntas. Soy cabezota, caprichosa, picajosa y rebelde. Y los que me conocen bien saben el placer que me produce tocar las texturas de todo lo que me rodea como si mis manos fuesen ojos. Adoro las superficies rugosas que hacen que sienta en mi piel el significado de lo imperfecto. Las toco una y otra vez antes de que la erosión las cambie. Y se que mi impaciencia tiene que mucho que ver con eso. Necesito palpar lo que mañana ya no será igual.