miércoles, 29 de septiembre de 2010

La vida es maravillosa (Neelam Olalla)

Mi madre murió la semana pasada. La leucemia empezó a invadir su cuerpo en febrero. Ella aceptó su enfermedad y en los momentos más duros su serenidad fue el bálsamo para los que estábamos a su lado. Dejó de mirar las cosas banales y apareció más hermosa que nunca. Cercana a su muerte pudo acariciar el vientre de mi hermana, embarazada de 4 meses, y le dijo sonriendo: La vida es maravillosa.

Yo siento que el amor que me profesaba no me lo dará nadie. Ni siquiera yo misma. Y este dolor y vacío que me fracturan por dentro es fruto de haber perdido a tan gran mujer.

Su mantra preferido habla de la transición entre la vida y la muerte. Es una especie de oración para que la eterna energía de la vida siga su curso.