miércoles, 10 de septiembre de 2008

Marrakech



Marrakech huele a menta, especias, tierra, almizcle y lana... Caótica, alegre, viva, ruidosa, imperial y cautivadora. Una semana en Marrakech y sientes que es una feria continua de emociones. Caminar por las estrechas callejuelas que te llevan los zocos alocados e intensos. Y sobre todo su plaza, Jemma el Fna, que hace de corazón de la ciudad. Donde se reúnen al atardecer sus habitantes. Carros de comida que hacen de muralla interior convirtiéndose en restaurantes ambulantes creando una atmósfera de humo mágico...