jueves, 8 de febrero de 2007

Dulce soledad

Diseño: Marta Serrano

La soledad atrapa. ¿Porqué nos cuesta tanto estar solos? Quizás por la posibilidad de enfretarnos con los más temidos de todos los fantasmas, los únicos que nos asustan todavía más que el de la soledad: el rechazo y el abandono. Aprender a estar solo es sacar las agallas suficientes para enfrentarte a tus miedos y a uno mismo. ¿Estamos preparados para vernos?

2 comentarios:

Pilar dijo...

Cuando te acostumbras a vivir con la soledad, ninguna compañía puede igualar semejante lealtad, complicidad, libertad, comodidad y amor desinteresado durante las 24 horas del día. Te ayuda a conocerte y a ser tu misma. A disfrutar de tus aficiones sin reproches, a llenar la vida de lo que te gusta, a reflexionar o a hacer cosas que sólo tu debes y quieres saber. Sin chantajes emocionales, sin mentiras. La soledad es escucharte a ti mismo. Es descubrir al ser que ignoras dentro de ti, quererlo y estar en paz. Conectar cabeza y corazón sin artificios. Es la Verdad de cada uno.

neelam dijo...

La soledad es el resultado de una gran vivencia, cuando acaba esa vivencia sobreviene el vacío... la soledad es reparadora, calma, invita a la reflexión, porque sólo en la soledad, sin interferencias se puede ver claro, es dolorosa porque hay silencio y la mente no admite el silencio, es sublime...es una creación, un arte recreado en el sentir,es la antesala de la madurez, la antesala de asumir la responsabilidad de ser uno mismo.
Bendita soledad que me descubre el S_O_L_(de mi) E_D_A_D